Esta semana se ha debatido en el Congreso de los Diputados de España una proposición del Grupo de Ciudadanos sobre la implantación de una tarjeta sanitaria única que sea válida para todo el territorio español. Proposición que ha sido rechazada por la mayoría del Congreso.
Están surgiendo innumerables voces que claman por la eliminación de la fragmentación del Sistema Nacional de Salud que existe en la actualidad, fruto de una cesión de competencias a las Comunidades Autónomas hecha en la época en que gobernaba José María Aznar. Dicha fragmentación crea supuestos rocambolescos en que una persona, en función de donde viva, dispone de más o menos coberturas o servicios sanitarios, que las listas de espera para ser valorado por un especialista sean interminables o que para ser intervenido quirúrgicamente de su patología tenga que esperar más o menos tiempo, todo ello en función del color de su tarjeta sanitaria autonómica.
Por suerte, o por desgracia, vivimos en una sociedad totalmente digitalizada, informatizada e interconectada. Llevamos en los bolsillos terminales móviles con los que podemos, desde pedir comida a Domicio sin movernos del sofá, leer las ultimas noticias en tiempo record, compartir las fotos de las vacaciones con nuestros contactos, hablar sin hablar, o ver nuestras series favoritas desde la orilla de la playa.
Y no solo eso, podemos desde cualquier dispositivo, presentar la declaración de impuestos, poner una queja o presentar un recurso administrativo o judicial sin movernos de nuestro domicilio.
Para más inri, si tienes la desgracia de ser fotografiado superando los limites de velocidad, en poco mas de una semana vas a tener la multa en el buzón de tu domicilio, que podrás pagar de forma telemática con tu tarjeta de crédito y con un descuento del 50% por pronto pago. Tenemos que recordar que, en España, hay Comunidades Autónomas que disponen de competencias exclusivas en materia de trafico de vehículos y, sin embargo, la multa te va a llegar (escrita en su lengua oficial, aunque no entiendas lo que pone) sin mayor problema. Igualmente, la agencia tributaria dispone de todos y cada uno de tus datos, movimientos bancarios o sitios donde has comprado o vendido cualquier objeto o servicio. Por saber, saben hasta el color de tus ojos, zapatos o el grupo musical del que eres fanático.
Todo lo anterior es inherente a la sociedad 3.0 en la que vivimos y que consentimos al usar todos los medios tecnológicos de los que somos usuarios y rehenes.
Sin embargo, cuando te pones enfermo o tienes que ir al médico lejos de tu lugar de residencia, todo son pegas y problemas. No son pocos los casos en que por vivir en zonas limítrofes (o fronterizas, visto lo visto) entre Comunidades Autónomas, te ves imposibilitado a usar los medios sanitarios públicos mas cercanos a tu domicilio, por pertenecer a tu comunidad autónoma, y te tienes que desplazar muchos kilómetros para ser atendido en tu hospital de referencia, aun teniendo otro flamante hospital publico a 10 kilómetros de tu domicilio. Rizando el rizo, se han dado casos de fallecimientos de personas por no llegar a tiempo una ambulancia, que tenia que recorrer decenas de kilometros para llegar a la urgencia, aun teniendo a un hospital publico en la ciudad mas cercana, que pertenecía a otra comunidad autónoma. Al absurdo se llega cuando tenemos que solicitar una tarjeta de «desplazados», a imagen y semejanza de la tarjeta sanitaria europea, para poder ser atendidos con regularidad en otra comunidad autónoma, pero dentro de nuestro propio país, ¿o en temas de salud ya no lo es?
Los señores diputados que se han negado a la proposición del grupo parlamentario de Ciudadanos han argumentado una recentralizacion de las competencias sanitarias, una vuelta al pasado o no se que otras tonterías. Se ve que viven en otra realidad, o que por sus opulentos sueldos, que pagamos con nuestros impuestos, disponen de pólizas sanitarias privadas.
Sin embargo, miro con envidia como en países, que hasta no hace mucho estaban sometidos al yugo comunista, todo está informatizado, todo está «centralizado» en un Documento Nacional de Identidad exactamente igual al que todos los españoles llevamos en nuestros bolsillos. Desde hacer la compra en el supermercado hasta recoger las medicinas en la farmacia se puede hacer con su DNI. Y todo sin problemas de protección de datos o de que se pueda acceder a información sensible por personas que no estén autorizadas para ello. Todo es cuestión de voluntad y de sentido común. ¿Porque eso es una utopia en la España del siglo XXI?
El país báltico, antes de la Unión Soviética, al que me estoy refiriendo es Estonia.
http://elmedicointeractivo.com/ciudadanos-reabre-el-debate-de-la-tarjeta-sanitaria-unica/